jueves, 11 de octubre de 2012

percepcion e imaginacion


La percepción, o sensopercepción, es el acto que pone en relación nuestra consciencia con el mundo exterior. en este acto, el individuo no es un mero receptor de datos exteriores, sino que asume una participación activa.

Dicha participación consiste en las tareas de seleccionar, clasificar y configurar significativamente los datos objetivos y, para ello, necesita integrar el material percibido con los datos provenientes de experiencias anteriores.
La atención debe entenderse como un fiel reflejo de la realidad, mientras que las falsas percepciones y las percepciones patológicas conllevan un falso reflejo de la realidad compartida.
El dato fundamental pata la percepción, como proceso psicológico, consiste en la certeza de la realidad, es decir, que lo que se percibe está ahí, en el exterior o en el interior de nuestro cuerpo, que realmente existe.
La imaginación por el contrario, se refiere al acto de representar los objetos que ya se han percibido con anterioridad. Pero la imaginación, en cuanto representación de la realidad, no es una exacta reproducción de esta, por lo que se entremezcla con el concepto de la imaginación creadora y se mueve en el mundo de los símbolos o de las imágenes.

La percepción, como proceso psicológico, se caracteriza porque lo que se percibe tiene un diseño determinado, provisto de detalles, unas cualidades sensoriales adecuadas, una forma estable y constante, independiente de la voluntad, carácter de objetividad o corporeidad y manifestación en el espacio objetivo.

La representación se caracteriza porque lo que se imagina tiene undiseño indeterminado, incompleto y con detalles aislados, falta de fidelidad sensorial, inconstancia de la forma, dependencia de la voluntad, carácter de subjetividad y manifestación en el espacio subjetivo, es decir, en la propia mente.

Hay dos tipos de representaciones:
Las representaciones de la fantasía que son representaciones inventadas y las representaciones mnésticas, que actualizan una percepción vivida anteriormente. Entonces podemos decir que una representación de fantasía es una percepción recreada en virtud de asociar los datos sensoriales con imágenes mnésticas distintas de las que integraron en su día la correspondiente percepción primaria. El sujeto suele experimentarla como un objeto irreal, un objeto meramente representado, que no había sido vivido anteriormente.

En la representación mnéstica, la percepción actualizada no es idéntica a la percepción vivida, pero si muy semejante a ella. El sujeto la experimenta como un producto real, con la evidencia de que constituye algo ya vivido anteriormente.

Los componentes y condicionamiento de la percepción son muy variados: desde el sustrato sensorial y neurofisiológico, hasta los factores sociales, pasando por el estado de ánimo particular del que percibe.

Los órganos de los sentidos y el cerebro, según el trazado que va de lo periférico a lo central, posibilitan en registro de datos, mientras que las múltiples sensaciones corporales están diversamente diferenciadas en cuanto a la capacidad de discriminación según el canal sensorial por el que se percibe el estímulo.

Pero lo que se percibe no se queda en una mera experiencia sensorial, sino que posee una determinada significación para cada uno de nosotros y una resonancia afectiva. Por ello, un particular estado de ánimo asociado a una motivación puede modificar y determinar nuestra percepción, hasta el punto de provocar un error perceptivo por su relación con los fenómenos de su gestión o autosugestión.

Para entenderlo mejor daremos un ejemplo:
Si un apasionado hincha de un equipo de fútbol está en el estadio compartiendo la excitación de miles de personas, se encuentra en estado de ánimo expectante, matizado por la ansiedad de que si equipo anote un gol, siendo la motivación la necesidad de ganar. Si un disparo a puerta ajustado al poste rebota en la parte exterior de la portería, el aficionado cree que ha sido un gol, y su reacción es gritar de alegría, hasta que aparece la cruel realidad que no se quiere aceptar. Se ha producido un error óptico, una ilusión determinada por la emoción y se ha visto lo que se esperaba ver.

Esto mismo sucede con ciertas experiencias que producen sentimientos de miedo, de amenaza o de desesperación, como ser sorprendido por un temblor, estar solo de noche en casa y percibir sonidos y sombras inexplicables, o encontrarse profundamente deprimido. Las emociones, el modo en que se vive la experiencia y, a veces, la difuminación de los límites entre lo real y lo imaginario, modifican nuestra percepción y se cae en la fantasía, bien positiva y creativa, bien negativa e insoportable.

Las pseudopercepciones:
Los trastornos perceptivos más importantes son los errores perceptivos, que el lenguaje común se denomina engaños a los sentidos, y que se dividen en ilusiones y alucinaciones.

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